miércoles, 24 de julio de 2013

El gran Colegio-Seminario menor de San Luis

Aquí llega la 3ª entrada del blog pasando ya las 160 visitas! Y lo prometido es deuda, aquí tenéis otro edificio distinto al de las otras entradas, aunque situado en el mismo lugar.
La residencia y este colegio se encuentran pegados, lo que antiguamente, facilitaba a los alumnos internos en la residencia a acudir a sus clases diariamente en el colegio-seminario.

De las fotografías que subiré a continuación, no todas fueron tomadas el mismo día, pertenecen por lo menos a más de 3 visitas distintas. Entre la primera visita que realicé a éste lugar y la siguiente, pasó más de 1 año, así que se apreciarán claramente cambios en el colegio.

El acceso a este edificio no es muy complicado, aunque hace unos años era bastante más fácil porque ahora tiene algo de vigilancia, de lo que antes carecía totalmente. Al final de esta entrada contaré una anécdota sucedida en mi última visita a este lugar relacionada con ese tema.
Hasta entonces, aquí están las fotos:


Aquí está el gran colegio visto desde fuera, donde apreciamos la capilla, lo que demuestra que el colegio era regido por monjas y curas, y la conducta que llevaban a cabo con los alumnos era estrictamente religiosa.

Este pasillo es el que comunica la planta baja del edificio con el exterior (patio), donde antiguamente los alumnos pasaban sus recreos y actualmente sirve de campo para las vacas que el dueño del terreno tiene allí.


Esta fotografía muestra para qué se utiliza este colegio abandonado actualmente. Sirve como refugio de ocio para gente que practica paintball, juego que consiste en dispararse con armas que lanzan bolas de pintura, bolas que se pueden apreciar en la imagen, y también esta especie de muralla hecha de ruedas que han construido los jugadores para protegerse de los disparos de sus contrincantes.

Esta visita se realizó en una semana en la que había llovido bastante y el colegio se encontraba lleno de pozas por el suelo y las goteras caían por todas partes.

Estos son los baños de la planta baja, que se encuentran en un edificio separado del principal.

Para acceder a la primera planta nos encontramos con este agujero hecho en una pared, pared que seguramente se levantó con el cierre del colegio para evitar la entrada de curiosos, y que, si no fuera porque posteriormente alguien rompió esas paredes que se encuentran en todas las escaleras del edificio, no hubiera sido posible la entrada a este gran colegio.

Aquí tenemos la gran capilla del colegio, la zona más interesante de ver, por lo menos para mí, donde se celebraban habitualmente las misas. Podemos observar el mal estado de las maderas del techo, todos los cristales rotos, y en general todo bastante maltratado.

Esta imagen fue la que más me impactó.Todavía desconozco para qué era ese misterioso hueco en el suelo y ese colchón que encajaba perfectamente en él.

Parte de atrás de la capilla.

Todo un pasillo destruido, por el que solo puedes caminar por encima de los escombros.

Foto artística (Marco natural)

Pasillo de la penúltima planta, al final se ve un vestuario y lo de los lados parecen pequeñas clases, aunque en algunas había armarios empotrados, podían ser para que los profesores guardaran sus cosas.

Pintura grabada en las paredes de una de esas pequeñas clases.

La residencia de alumnos vista desde una de las ventanas del colegio.

Estas dos últimas fotos son de la última planta de este gran colegio. Podemos apreciar dos grandes salas totalmente vacías, no hay rasto de nada que nos pueda dar una pista de la actividad que se realizaba en ellas cuando todavía este edificio era un colegio.


 
Y para terminar esta entrada, la anécdota que sugerí al principio sobre mi última visita a este lugar:

Resulta que pocos minutos después de entrar al colegio, nos sorprendió un señor que apareció de la nada. Nos reprochaba que habíamos entrado sin pedir permiso al dueño (que no era él) y aseguraba que el edificio era un lugar peligroso, que si alguien sufría algún daño, era responsabilidad del dueño. Hasta ahí todo lógico y normal, pero le preguntamos por las personas que practican paintball allí y nos dice que esas personas pagan para que les dejen jugar allí.

Y mi reflexión es... ¿Estar pegando tiros por todas partes no es más peligroso que simplemente entrar a tomar unas fotos?
En fin, el dinero es el dinero amigos...

Espero que os guste,
un saludo!

2 comentarios:

  1. Muy interesante el blog. Yo he estado en alguna de las casas que aquí aparecen, cuando estaban habitadas, y la verdad, sobrecoge ver los estragos del tiempo. Los huecos que hay en el suelo de la capilla son tumbas. Estaban previstos como lugar para el enterramiento de los fundadores del seminario, que según tengo entendido eran un matrimonio que donó el dinero para su construcción.

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  2. Si es cierto lo de las tumbas de la capilla, yo estube estudiando en ese colegio porque los curas lo cedieron y era la escuela publica mientras hacian uno nuevo, en las ultimas plantas que mencionas en las fotografias que parecen habitaciones es cierto ya que venian a quedarse unas chicas de un colegio (de monjas) de francia.
    Cuando yo estudiaba alli solo teniamos las dos primeras plantas del adificio alto y los dos edificios salientes que hay encima del patio.
    En las escaleras es cierto que habia unas paredes para que no subiesemos a las plantas superiores, pero asi todo las saltabamos en algunas ocasiones jajaja.
    Y creo recordar que en los ultimos años de vida fue utilizado por el proyecto hombre (desintoxicacion de la droga).

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